En pleno corazón de Nantes, una de las ciudades más atrayentes del Valle del Loira, se encuentra el Hotel Radisson Blu en lo que fue durante años el Palacio de Justicia. Dada la riqueza histórica y cultural de esta localidad de la Bretaña francesa, la cadena The Rezidor Hotel Group no podía haber escogido un lugar mejor: un antiguo edificio del siglo XIX rodeado de los enclaves más emblemáticos de la ciudad, como Les Machines de l’Ile, Le Château des Ducs de Bretagne o Le Lieux Unique.
A primera vista, nadie diría que su impresionante y majestuosa fachada decimonónica de corte neoclásico albergara tras sus muros un hotel, pues el encargado de reconvertir este mítico edificio público de la ciudad, el arquitecto Jacques Cholet, la ha mantenido intacta. Eso sí, el interior ha sido completamente remodelado y, tras dos años y medio de obras, el diseñador de interiores Jean-Philippe Nuel ha transformado un sobrio edificio creado para impartir justicia en un magnífico resort en el que descansar y disfrutar de los encantos que lo rodean.
Uno de los grandes atractivo de este hotel de lujo son sus 142 habitaciones, que se dividen en standard, business, junior suites y suites, cuyo diseño hace guiños a la iconografía de las artes decorativas que se muestra en los museos de Nantes. Las primeras, todas con luz natural, están decoradas con un delicioso contraste entre el blanco y el chocolate. Como detalle curioso, todas ellas cuentan con la reproducción en una de sus paredes de una obra artística de la ciudad, ya sea arquitectónica o sacada de alguno de sus museos. Para los que vayan a trabajar, las business son ideales, pues cuentan con todo tipo de comodidades, como cafetera, películas, periódico… y, por supuesto, una conexión wi-fi de alta velocidad.
Por supuesto, no pueden faltar las suites. Las junior son más grandes y elegantes que las estándar y las suites principales, un total de cinco, cuentan con una atmósfera única e increíble, con dos estancias separadas, mobiliario único y exclusivo hecho a medida, dos cuartos de baño, un sofá convertible… un total de 65 metros cuadrados que las convierten en auténticos apartamentos en el corazón de Nantes.
Para disfrutar de la mejor gastronomía en el mejor ambiente tampoco hace falta salir del Radisson Blu. Y es que no todos los días se tiene la oportunidad de cenar en un tribunal… La sala antiguamente dedicada a la celebración de sesiones judiciales (Cour d’Assises) es hoy el restaurante L’Assise, sin duda, la parte más impresionante del hotel. El gran arquitecto de interiores Jean-Philippe Nuel ha logrado conseguir una atmósfera intemporal, elegante… un espacio en el que la tradición de un mobiliario totalmente clásico y hecho en madera se mezclan con la cocina contemporánea del chef Frederic Laval y un juego de luces de colores que nos transportan a las novelas del mismísimo Julio Verne, el escritor nantés más conocido.
Menos majestuoso, pero de un ambiente muy chic, encontramos Le Préambule, un lobby bar con una decoración urbana y original, un muy amplio. El punto de encuentro perfecto para los huéspedes del Radisson.
En el Radisson Blu también hay sitio para los negocios. Por ello cuenta con seis salas de reunión standar, 11 suplementarias de entre 20 y 190 metros cuadrados, un gran hall de 400 metros cuadrados y dos de 200 perfectos para albergar convenciones, cócteles… para centenares de personas. Turistas, artistas, hombres de negocios, románticas parejas… todos tienen hueco en un hotel en el que se respira cultura, historia, confort y modernidad.
Visita obligada en nuestro próximo paseo por la bretaña francesa.
© Fotos: Radisson Blu Hotels & Resorts