Pocas marcas están tan asociadas al lujo en el imaginario colectivo como Rolls Royce. Ser propietario de un automóvil de la casa británica es un símbolo de status incomparable, además de una satisfacción personal difícil de describir. Y desde luego, un privilegio al alcance de muy pocos.
El Salón de Ginebra 2013 ha sido escenario de la presentación de un objeto de deseo que hará suspirar a los melómanos del automóvil. Wraith es el nuevo modelo de Rolls Royce, un coche moderno inspirado en los GTs vintage.
Después del visionado de este vídeo, muchos dudarán si se trata de sólo un coche o está más cerca de ser una auténtica obra de arte. Y es que la belleza, clase y potencia de Wraith hace que el mundo se detenga (literalmente) a su paso.
El diseño se caracteriza por la línea coupé, donde la sutileza y la robustez se unen en un juego de contrastes equilibrado y precioso. Los 632 CV de su motor 6.6 V12 biturbo le convierten en un automóvil capaz de pasar de 0 a 60 mph en sólo 4.4 segundos.
Gracias a la teconología GPS, el automóvil se adelanta a las condiciones de la carretera para cambiar de marcha automáticamente. Una prestación revolucionaria que supone uno de los mayores atractivos para el conductor.
Su exclusivo interior se inspira en los yates de lujo, con detalles distintivos como el techo Starlight, con miles de pequeñas luces de fibra óptica tejidas a mano por artesanos.
Para Giles Taylor, director de diseño de la marca, el perfil aerodinámico de Wraight está inspirado en los modelos Grand Tourer de los años cincuenta y sesenta, pero desde un punto de vista muy contemporáneo que huye de la nostalgia: “Hay un guiño al pasado en la pintura a dos tonos, pero eso es todo”.
Taylor también ha explicado que es el tipo de coche para viajar a través de Europa de forma confortable y distinguida. Y la verdad, ¿a quién le importaría cruzar las fronteras del viejo continente a bordo de un animal tan bello, potente y fiel como éste?
© Fotos: Rolls Royce