La marca de champagne Perrier-Jouët vuelve a celebrar su buena relación con el arte con la presentación de una pieza única, original, sofisticada y elegante: el árbol cautivador.
Nacido de la mano y de la mente del artista holandés Tord Boontje, The Enchanting Tree, su nombre original en inglés, es un sofisticado objeto con forma de árbol en cuyas ramas se suspende el mejor fruto de la casa: exquisitas copas de champagne.
Ideal para utilizar en interiores o, mejor aún, en un un jardín repleto de vegetación a plena luz del día, esta obra de arte transforma el gesto de servirse una copa de esta espirituosa bebida en un ritual casi mágico.
Gran amante de la naturaleza, la tecnología y el Art Nouveau, Tord Boontje se ha inspirado en este estilo para crear esta obra, estilo del que fue uno de los máximos representantes el creador de la insignia de la marca, Emille Gallé, encargado de dar forma a las anémonas blancas que decoran las botellas y copas de champagne de la maison desde 1902. « Mis ideas provienen de mis paseos por el bosque y de observar la interacción entre la luz y la naturaleza», explica el diseñador. Y así es como el artista holandés transforma la natureleza para crear objetos elegantes y funcionales, pero que a la vez evocan emociones y sueños…
Bello, a la vez que útil, este objeto casi poético es, además de un homenaje al legado artístico de la marca, un culto a los viñedos y a lo que el paso de las estaciones provocan en ellos. Así, las hojas de vid y las ramas se retuercen y se enredan entre ellas para terminar sirviéndonos su fruto, que en vez de uva, es una chispeante copa de champagne Perrier-Jouët.
El Árbol Cautivador es además toda una obra de artesanía, tan apreciada por la maison, contemporánea en los materiales, pero clásica en la elaboración. Las ramas de metal están trabajadas enteramente a mano y las hojas se han sellado una por una, al igual que las anémonas blancas, lacadas delicadamente.
El artista creará un árbol a gran escala para la inauguración de la Galerie Saatchi de Londres, pieza que pasará a formar parte después de la Maison Belle Epoque de Épernay, museo en el que la casa guarda un gran tesoro: más 200 obras originales de algunos de los principales artistas del Art Nouveau. Vinculada a este arte, su refinamiento y el espíritu desde siempre, esta obra es una muestra más de la apuesta de Perrier-Jouët por el buen gusto y la belleza. Sin duda, lo suyo es puro arte.
© Fotos: Perrier-Jouët